Ecobamboo S.A. and Eco-Bamboo S.A. of Argentina ( Advisors and Professional Sevice's )

Plantations “Key in Hand”; Advisers and Specialists in Services of Added Value; Industrial Licenses and Franchising; Customized Development of Plantations and Plants of Processes in Accordance with the Applicant; Direct Investment FUNDs in Bamboo (fixed rents in U$S, between 18%/22% per annum) directly on the Global Business of Ecobamboo S.A.; Purchase Guaranteed of all the Produced in the Plantations for the Partners; Management of Plantations Existing, Certifications of Processes.

lunes, septiembre 04, 2006

-1- Porqué America Latina necesita del Bambú Milenario y en especial Argentina, Uruguay y Nicaragua






PRIMERA PARTE

Con él se construye una casa entera: tejas, paredes, cañerías y puertas. Con él se fabrican muebles, telas y papel. También se come y es sabroso. Y se vende bien. Produce la mejor madera al menor costo ambiental. Hay mil y una razones para que en Nicaragua, Argentina y Uruguay se extienda el milenario bambú.

Cada día aumenta en el mundo la demanda de madera para la construcción y para la fabricación de celulosa, papel, resinas, carbón vegetal y mil otros productos. Tanta es la demanda que los bosques han perdido su capacidad de regenerarse por ellos mismos y en los escasos países donde existe una efectiva política de reforestación tampoco son muchas las esperanzas. La batalla parece perdida para los árboles. Para resolver un problema tan grave - que también afecta a la especie humana - sería necesario encontrar un sustituto de la madera, que pueda utilizarse masivamente sin causar daños al medio ambiente. Este material existe, Gracias a Dios !! y es conocido y usado por la humanidad desde hace miles de años. Es el bambú.

Conocido y usado desde hace 6 mil años

A pesar de que, por su tamaño y aspecto, los bambúes parecen árboles, no lo son. Son hierbas (Gramíneas). Son monte que crece deprisa y espontáneamente, sin cultivo, silvestre, como crece la hierba. Se diferencia de la mayoría de las hierbas por su tamaño y por su tiempo de vida. Un bambú puede alcanzar 30 metros de altura y entre 45 y hasta 1,40 centímetros de diámetro. Y puede vivir muchos años, hasta más de un siglo. Por lo demás, su forma de nacer, de crecer y de vivir es igual a la de cualquier gramínea. Y, como las gramíneas, muere cuando florece y fructifica. Exactamente igual que el arroz, el trigo, la cebada o nuestro sagrado maíz.

Cuando se habla de bambú, la primera imagen que nos viene a la mente es la de un bosque tropical en el que se mueven animales feroces y seres humanos que soportan el calor ligeros de ropa. Pero hay variedades de bambú nativas de zonas tan frías que pueden permanecer varios meses al año bajo la nieve, como ocurre con los bambúes del norte de Japón o con los que crecen en los Andes, a 4 mil metros sobre el nivel del mar, ó en Boston que existe el bambú negro y no se seca en inviernos nevados.

El bambú es una planta nativa de todos los continentes, excepto de Europa, donde no sólo no hay bambusales, sino que algunos intentos realizados para aclimatar esta planta han terminado en éxitos muy dudosos o en fracasos. En Asia fue donde empezó a utilizarse el bambú, hace más de 6 mil años. Desde entonces, los asiáticos experimentan usos y posibilidades, calculándose que han encontrado más de 1.500 aplicaciones: alimentación humana y animal, construcción, mobiliario, vestido, medicina, diferentes ramas de la industria y hasta aeronáutica.

Pese a que Oceanía es un continente que ha tenido su propia evolución, con características diferentes a las de las otras masas continentales, cuenta con extensos bosques de bambú. África también produce bambú nativo. En América, los bambusales se extienden desde el sur de los Estados Unidos hasta el Centro de la Argentina.

Al florecer todo el bambusal muere...?

Aunque el ser humano ha utilizado el bambú desde hace milenios, ignora aún mucho sobre esta planta, que ha logrado esconder mucho de su intimidad a las miradas de observadores y científicos. Por ejemplo, no se sabe con certeza cuántos son los géneros y especies de bambú que existen en el mundo, calculándose que hay más de 50 géneros y entre 600 y 1.200 especies. Y es que para definir con precisión el género y la especie de un vegetal, son datos imprescindibles las características de la flor y del fruto. Y el bambú puede estar hasta más de un siglo sin florecer y por lo tanto, sin dar fruto. Son muchos los que viven toda una larga vida en un paisaje de bambúes y mueren sin verle una floración.

Tal vez es mejor así porque, como gramínea que es, cuando el bambú florece y fructifica, muere. Muere todo el bambusal aunque tenga muchos kilómetros de extensión. Porque, aunque entre los dos extremos del bosque de bambúes haya 200 o más kilómetros de distancia, todo él es una sola planta y cuando se seca, se seca todo de una vez. En Asia, la floración del bambú es considerada como señal de desgracias prolongadas y de hambruna. No les falta razón: después de que florece y muere, el bambusal necesita unos 10 ó 12 años para regenerarse y esos años son sumamente difíciles para las poblaciones que viven en, de y con el bambú.

No se siembra por semillas

El bambú no se reproduce ni fácil ni frecuentemente por semillas, pues raramente las produce, sino por rizomas subterráneos. Las raíces del bambú se extienden ampliamente bajo tierra, llenas de yemas que, a su debido tiempo, desarrollan una nueva vara de bambú. Dependiendo de las especies, las raíces son gruesas y cortas - lo que obliga a que las varas crezcan agrupadas, en formaciones muy comprimidas, en "macolla" - o son largas y delgadas y avanzan bajo tierra a grandes distancias. Esto es importante a la hora de definir qué tipo de bambú es el más adecuado para cada uso. Desde tiempo inmemorial, las diferentes culturas que han vivido del bambú han aprendido a cultivarlo. La siembra no es difícil y es similar en todas las especies. Se corta una vara de bambú joven de un metro o metro y medio de largo que tenga en alguno de sus nudos una yema y se siembra bajo tierra, inclinada, de tal manera que un extremo asome en la superficie mientras el otro se hunde en la tierra. Conviene sembrarlo con las primeras lluvias y regarlo abundantemente hasta que esté bien enraizado. Cuando el nuevo brote de bambú asoma en la tierra, ya trae todo su calibre. Nunca se engrosará más. Por esto, es fácil saber qué destino se dará a cada vara con bastante tiempo de anticipación, aunque aún tengan que pasar algunos años para que esté listo para su uso.

Récord mundial: más de un metro en un día

En toda la Naturaleza, el bambú es la planta que más rápidamente crece. Un brote crece un prometido de entre 8-15 centímetros diarios en su ambiente natural. En cultivos experimentales y en condiciones óptimas puede crecer más de un metro en un día. Ninguna otra especie - aun otras hierbas - es capaz de batir ese récord.

A esa velocidad, el brote alcanza su máxima altura en unos 3 meses como promedio. A partir de ese momento, el tallo comienza su prolongado proceso de maduración, que dura entre 3 y 6 años, dependiendo de las especies y del uso que se le quiera dar. Durante ese tiempo, el tallo - que inicialmente es relativamente blando - sufre una transformación en su estructura, que se conoce como lignificación: la hierba se transforma en leña, en madera.

Hay que cortarlo al ponerse el sol...?

Entre los 3 y 6 años aproximadamente según la especie, el bambú alcanza su máxima dureza y es el momento de cosecharlo porque el bambú comienza entonces un rápido proceso de envejecimiento que podría afectar la buena salud del bambusal y su misma existencia, al provocar su floración y en consecuencia su muerte. Una vez que ha arraigado, el bambú requiere en general de muy pocos cuidados. Pero en la cosecha es necesario prodigárselos en abundancia si se quieren obtener varas sanas y bien adecuadas a los distintos usos y si se pretende preservar la salud de todo el bosque de bambú. Debido al sistema de crecimiento del bambú, los tallos maduros y aptos para el corte se encuentran bambusal adentro. Los cortadores tienen que adentrarse entre los firmes y larguísimos troncos para realizar una cosecha selectiva, cortando solamente los troncos maduros. Un cortador con alguna experiencia reconoce fácilmente el tronco que ya está a punto por la cantidad, consistencia y forma de las hojas y ramas. Al contrario de lo que ocurre en los árboles - que se ramifican y tupen cuanto más años tienen - los bambúes se van quedando pelones con los años.

Una mezcla de costumbres, superstición o misterio - que la ciencia no ha podido discutir por falta de elementos - aconseja que los bambúes que se van a utilizar en construcción y mobiliario se corten tres o cuatro días después de la luna llena. Recomienda también que se corten al final de la tarde, unas horas después de que el sol haya cruzado el cenit, cuando la savia ha comenzado su regreso a las raíces.

Cien años garantizados de buena madera

Las características de la madera de bambú exigen cortarla a unos 30-50 centímetros del suelo y con motosierra de dientes finos o con un machete muy filoso para evitar que se astille. Si la madera se va a usar en carpintería o construcción, se recomienda dejarlo curar en la mata durante una semana, un poco inclinado y apoyado en una piedra para que no lo ataquen las hormigas o por métodos como Boucherie entre otros. El tallo de bambú es muy ligero y por eso es relativamente fácil sacar los troncos cortados de la profundidad del bosque. Bastan dos o tres hombres para los tallos de las especies más gruesas y con una sola si se trata de otras variedades.

Nunca hacen falta pesadas grúas ni tractores, que al penetrar el bosque maltratan la vida vegetal más pequeña y hasta a algún aventurado rizoma, encargado de extender más el bambusal. Tampoco son necesarias enormes inversiones en caminos de penetración, que sólo servirían para dañar las raíces. Esto facilita y abarata la extracción de tan valiosa madera. Si se cosecha debidamente, el bambú puede producir nuevos tallos cada año, sin necesidad de reforestación, y sin que el bosque se agote, pudiendo estar todo un siglo en extracción constante.